Estimada Carme:
Permítame que le envíe esta modesta misiva ahora que he sabido, por los medios de comunicación, que se postula como Secretaria General de su partido, el PSOE. Sorprende, eso sí, que tanto usted como el otro candidato, el Sr. Rubalcaba, hablen de cambio y renovación en el PSOE, cuando ambos han sido protagonistas de primera fila de las políticas que han expulsado a su partido del poder en todo el Estado y le han procurado la mayor desafección popular que nunca conoció.
Extraña, también, que a pesar de todo, aún no se den cuenta de por qué ha ocurrido esta debacle y yerren en el diagnóstico de forma tan garrafal. "El PSOE ha dejado de tener una voz unánime en todo el Estado" o "no hemos sabido comunicar lo que hemos hecho", o incluso "hay poca participación dentro del partido" y tonterías por el estilo. No. Ninguna de esas cosas explica por qué más de 4 millones y medio de votantes les han dado la espalda en poco más de 3 años. El asunto es mucho más sencillo: la gente que mayoritariamente les ha abandonado lo han hecho porque han notado con claridad que el PSOE, cuando hay problemas, deja de ser un partido de izquierdas y solo es capaz de ejercitar políticas de derechas. ¿Que no? Mire uno de los datos más reveladores de las encuestas pre-electorales que fueron publicadas: para una gran parte del electorado, creo recordar que cerca de un 40%, "habrá pocas diferencias en las políticas independientemente de que gane el PP o gane el PSOE". ¿Está claro, no? Una de las reglas de oro de este sistema falso en que vivimos, lo de la alternancia y el pluripartidismo, no es tal, y en momentos como este se evidencia de forma palmaria que lo que tenemos es un unipartidismo con dos fachadas de doctrina intercambiable. Pero en lo sustancial, siempre unanimidad: las bases de este sistema económico y social injusto en el que los unos son cada vez más ricos y poderosos y los otros más pobres y alienados, esas, no se discuten. Discuten, sí, pero de temas menores en comparación con el fundamental, que es el que le dije. Por ejemplo, lo hacen del matrimonio gay, de la ley anti-tabaco, y de quién es más corrupto. Para que me entienda: como si en Cuba dijéramos que hay una democracia de verdad, multipartidista, como decimos que hay aquí, en la que sólo pudieran alternarse en el poder dos partidos: uno liderado por Fidel y el otro por Raúl. Sí, ambos defenderían el mismo sistema productivo y social, el socialista, pero cada uno remarcaría sus diferencias anecdóticas: "Este año el 26 en Matanzas" "Pues no, yo digo que en Pinar del Río", y cosas así. ¿Qué le parece? ¿Diríamos que en Cuba hay una democracia? Claro que no. No se extrañe de que tanta gente les haya dado la espalda ni de que sigan haciéndolo por mucho tiempo si no son capaces de dar un vuelco total a ese partido y convertirlo en socialista de verdad... en un partido capaz de cuestionar el modelo económico y social que nos somete.
Pero, no, se vuelven a equivocar al no entender por qué tantos les hemos abandonado. Y aunque tanto usted como el otro candidato, Rubalcaba, son co-responsables del desastre y por lo tanto están in-capacitados para darle la vuelta que su partido necesita, su caso es, me parece, aún más grave. Al menos para quien no esté anestesiado del todo y tenga un mínimo de sensibilidad humana. ¿Que de qué le hablo? Pues claro, de sus enormes responsabilidades como Ministra de Defensa del últimno gobierno de Zapatero en la barbarie cometida en Libia,con los brutales crímenes de guerra, y la conculcación de los derechos más elementales de las personas que en este momento se cometen en ese país y que, como rezan las crónicas, dejan pequeñas las atrocidades del anterior dictador. Le dejo aquí algunos links para que los repase, son de ayer, aunque más le valiera seguirlos de cerca ya que si hubiera justicia universal o, mejor dicho, cuando la haya, usted tendría que responder por esos desmanes como coautora en grado de colaboradora necesaria, para mayor deshonra de su partido y vergüenza de este país al que Libia jamás agredió.
Hasta el New York Time empieza a dar buena cuenta de la barbarie: http://www.nytimes.com/2011/12/18/world/africa/scores-of-unintended-casualties-in-nato-war-in-libya.html?pagewanted=all . Con tanta claridad lo hace que la propia OTAN reconoce su responsabilidad y se muestra proclive (de boquilla, claro) a colaborar en la investigación internacional si la hubiera (que no la habrá): http://noticias.terra.com/internacional/libia-otan-dispuesta-a-colaborar-con-investigacion-sobre-muertes-de-civiles,c7d8c448aab54310VgnVCM10000098f154d0RCRD.html.
Sus aportaciones a todo esto son tan lamentables como su visión de lo que era y hasta dónde llegaba la llamada primavera árabe. Hoy, Carme, ya casi nadie discute que este impulso es, en general, un fiasco y que en realidad representa un retroceso en derechos humanos y libertades para los pueblos que lo han experimentado (y en el caso de Libia por aportaciones tan impagables como la suya): http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/08/internacional/1326047831.html y http://internacional.elpais.com/internacional/2012/01/09/actualidad/1326127797_978301.html
Mientras, la familia de Gaddafi, bueno, la que no han exterminado, plantea que van a acusar a las nuevas autoridades ante el TPI (les deseo suerte porque la van a necesitar) por torturas al líder asesinado y dicen tener pruebas y confesiones de los autores del crimen de que le sodomizaron con un palo mientras agonizaba: http://es.wikinews.org/wiki/Familia_de_Gadafi_demandar%C3%ADa_a_OTAN_por_vejaciones_antes_de_su_asesinato.
Dña Carme, me gustaría saber qué opina de esto. Creo que no debería presentarse a nada sin antes aclararlo, lo que nunca ha hecho. Sabemos lo que opinó su conmilitona, otra coautora, la Sra. Clinton, alegrándose sin control de la noticia... pero usted: aún no nos ha dicho nada.
¿Qué, que no nos lo va a decir? Está bien, sepa que durante su campaña haré todo lo que esté en mi mano para que explique ante sus electores cómo piensa responder por su responsabilidad en esta barbarie.
El PSOE ha sido un gran partido y un referente histórico de la izquierda en España. Hay que luchar porque, al menos, tenga dirigentes decentes.
M. Girón

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