(Fotografía de Uri Vagham, La Habana, 2003)

martes, 1 de enero de 2013

Lecciones de manipulación




No suelo escuchar la radio. Últimamente. Ni leer periódicos, ni ver informativos en la televisión. Era un adicto, pero el tiempo y la obstinada realidad me han hecho ver lo absurdo y contraproducente de ese empeño. Los medios de comunicación de masas son las herramientas con que quienes mandan, los de verdad, los del capital, manipulan y engañan a la gente. Con la absurda y falsa perorata de la "libertad de expresión" nos intentan convencer de las bondades de algo de lo que nunca ha habido menos que ahora. En este sistema en el que nos hacen vivir los medios de comunicación sólo responden a los intereses de sus dueños, los propietarios, que no son otros que los capitalistas o las grandes compañías que los adquieren, pero jamás atienden al interés colectivo si este es contrario a sus propios intereses, como suele ser lo habitual. ¿Alguien creía de verdad que el Grupo PRISA iba a tener una línea independiente contra la nociva y retrógrada reforma laboral del Gobierno Rajoy cuando al día siguiente de su entrada en vigor la usaron para poner en la calle y casi "de gratis" a 2.500 trabajadores? ¿Alguien puede creer de verdad que el diario El País puede tener una actitud independiente trazada sobre los derechos de la mayoría de los trabajadores cuando sus dueños van a ganar miles de millones al aplicar la reforma laboral del gobierno Rajoy que, de facto, los aniquila? Pues claro que no. Pero en los medios públicos tampoco. Responden, cómo no y por encima de las milongas que nos quieran contar, a los intereses políticos y electorales del gobierno de turno. La situación de la RTVE y cómo el actual gobierno la ha tomado como un ariete para contrarrestar la enorme contestación social y política que está teniendo, es un claro ejemplo de ello.

(Para seguir leyendo clickar más abajo)

 
En este sentido, y sin saber cómo ni porqué, escuché el debate de tertulianos en la RNE de la noche del 8 de Noviembre de este año. Como se puede escuchar en las hemerotecas digitales disponibles "on line" invito a hacerlo a quien dude del resumen de las grandes líneas de pensamiento que allí se vertieron y que son las siguientes: no hay que subir las pensiones (Rajoy les hizo caso un mes después); hay que agradecerle al gobierno los enormes sacrificios que hace para controlar el gasto, como por ejemplo restringiendo el uso de coches oficiales (?), Zapatero tiene la culpa de todo, de lo que hizo, de lo que no hizo y de lo que está haciendo Rajoy (jodo!);  Rubalcaba es un buen político que ya no sirve; es buenísima la destrucción de todo lo publico y como muestra, algunos botones: el primer ministro finlandés va en metro, todos los ayuntamientos, en especial los más pequeños, gastan mucho en protocolo (que se lo digan al alcalde del mío); es preciso disolver o privatizar todas las empresas públicas; Chávez es como Berlusconi, un loco; hay que acabar con CiU y con Mas; en la calle hay un enorme clamor contra las duplicidades de las administraciones (¿dónde lo han oído?, a qué manifestaciones van estos?, el clamor es ensordecedor, sí, pero no sobre eso precisamente).

¿Ven lo que les digo? Sin duda una muestra clara de la pluralidad de la sociedad española y de las reclamaciones e inquietudes que cualquiera puede percibir en la calle o hablando con sus vecinos. ¡Miau!

Estos tertulianos así como las líneas maestras informativas de TVE solo representan una posición: la del gobierno y  su partido, es decir y ante la soledad de estos y su rodillo, se sitúan claramente en contra de  las posiciones de la práctica mayoría de la sociedad española.

Por ello se goza mucho cuando alguien, vilipendiado por esta caterva de falsificadores de la realidad, les pone los pies en el suelo y les muestra lo que son: unos farsantes arrogantes e imperialistas. Durante la devaluada Cumbre Iberoamericana de Cádiz, esa en la que el monarca y el presidente de gobierno español hicieron el penoso papel de pedir por caridad que "les dieran algo" a los que, durante decenios,  han tratado como súbditos ineptos e insignificantes (¿no recuerdan aquél zafio "por qué no ta callas" del Borbón?), una desconocida periodista de TVE entrevistó al Presidente Correa. El líder ecuatoriano ha sido objeto de una campaña de descalificaciones trufada de todo tipo improperios desde ese medio público y desde otros por hacer algo que era justo y necesario: impedir que los medios de comunicación privados cuya propiedad detentan los magnates y las grandes y riquísimas familias de su país engañen y manipulen a la gente para conseguir, a base de las mentiras y las falsificaciones más atroces, lo que no pueden en las urnas, esto es, tumbar al presidente constitucional para asegurar el gobierno de un títere que defienda sus intereses capitalistas y engorde sus cuentas bancarias destruyendo las oportunidades, los bienes y los derechos elementales de la gente.

Pero antes de analizar esa entrevista hay que recordar que en ese contexto había sido entrevistado unos meses antes por la periodista de TVE Ana Pastor quien, tras acosarle durante toda la entrevista con la perorata rancia de que se había convertido en un gran aniquilador de la libertad de expresión, al no conseguir demostrarlo dio al mundo un  auténtico ejemplo de manipulación mediática extrema y deplorable colgándole a la entrevista un titular que en nada reflejaba las declaraciones de Correa. Lecciones de manipulación sin más (ver de Martínez Lorca: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=146935; la matización de García Goday: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=147077 y los comentarios a estas por parte de aquél: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=147292). Conviene recoger aquí, amparando lo que se intenta transmitir, que en aquélla mítica entrevista hizo la periodista oídos sordos a estas antológicas declaraciones del ecuatoriano:

 “Ya bájense, derrumben esos mitos, esos estereotipos de los políticos malvados persiguiendo a pobres periodistas y pobres medios de comunicación. Es al revés. Esa gente, esos medios de comunicación, son los que han respaldado las dictaduras, los que han callado las represiones, los atracos bancarios, etc., y son los que persiguen a los gobiernos que queremos cambiar las cosas. Desmitifiquemos eso, por favor. (...) Por favor, no nos engañemos, entendamos lo que vive América Latina. De los 7 canales nacionales de televisión (en Ecuador) 5 pertenecían a la banca. ¿Vd. se imagina, si queríamos regular a la banca para que no ocurrieran los excesos que ocurrieron aquí en España y que nos han llevado a la crisis? Teníamos a todos los canales de televisión en contra. Hay conflicto de intereses. (...) Vds. se creen propietarios de la opinión pública, y no, Vd. son propietarios de la opinión publicada. La opinión pública es la de nuestros pueblos”

Durante la Cumbre, como se ha dicho, volvió a ser entrevistado, pero esta vez no por la intrépida periodista defensora de la libertad de expresión. Al preguntar, en medio de la entrevista, el Presidente Correa que qué era de Ana Pastor, no pudo evitar este sarcástico y certero comentario "¡Ah, que no está! Ya entiendo  la echaron cuando cambió el gobierno!" (no es literal la cita) (ver en: http://youtu.be/dQnqdR-SL54)

Ana Pastor, respondiendo fielmente al papel que le escribían en el guion de las falsificaciones, quiso dar lecciones a otros cuando tenía que haber empezado por dárselas a los que tenía en casa. A estos que se las dan de demócratas y de defensores de la libertad de expresión es muy fácil demostrarles que lo que dicen defender no es más que cuento y basura. Sólo hay que ponerles delante de las narices lo que le piden a los demás y lo que ellos mismos hacen, que es, justamente, lo contrario.

Lección dos para acabar con todo este montaje falso y dictatorial en el que nos hacen vivir: después de conseguir que los políticos y dirigentes respondan civil y penalmente por los resultados de las políticas que hacen, hay que poner en marcha medios de comunicación públicos y privados independientes de los poderes políticos y económicos, sólo orientados a la verdad y al bien común, y que, respondan  también ante los tribunales por lo que hacen, escriben o dicen.

M. Girón