Estimada Sra:
Leo en su página web las declaraciones que, sobre la
violencia en Venezuela, ha realizado el día 9 de Mayo de los corrientes http://www.un.org/spanish/News/story.asp?NewsID=29413#.U38SbdJdWHM
El mismo día en que se publicaba dicha queja, en España, la policía irrumpía en la Universidad Complutense de Madrid para
disolver una concentración pacífica de estudiantes que protestaban por las
intolerables políticas de recortes de recursos públicos que aplica el gobierno a la universidad y al resto
del sistema educativo, tantos y tan graves que el derecho a la educación, en
ese país, es en la actualidad muy difícil de alcanzar para la mayoría más
humilde de la población. Durante la intervención policial varios estudiantes
resultaron heridos y varias decenas detenidos. Pocos días antes dos personas
murieron en Barcelona mientras eran detenidos por la policía de Catalunya y otros manifestantes perdieron un ojo, uno,
y un testículo, otro, por el disparo indiscriminado de “pelotas de goma” que
efectuó la policía en otras
manifestaciones pacíficas de ciudadanos. Semanas antes, por fin y para concluir
este breve relato que podría extender hasta la extenuidad, 15 inmigrantes que
pretendían entrar irregularmente en España a través de la frontera de Melilla
murieron tras la actuación de la policía española al disparar su material
anti-disturbios contra ellos mientras se encontraban, indefensos, en el mar
nadando hacia la orilla. De todas estas noticias le puedo enviar las reseñas de
la abundante información publicada, si le pareciera conveniente.
Cuando leí su declaración sobre la actuación de la policía
venezolana contra los manifestantes de aquél país, no dudé que si continuaba
leyendo en esa misma página encontraría también sus justos reproches sobre la
actuación de la policía española y sobre la política represora de las
manifestaciones públicas que aplica en la actualidad el gobierno de dicho país. Sorprendentemente
no los he encontrado.
Por lo cual solo puedo pensar que está usted mucho más
preocupada por los derechos humanos de los venezolanos que de los españoles, a
los que nos discrimina en sus justos pronunciamientos. Lo que se compadece mal con la
ecuanimidad y objetividad con que debe conducirse una persona que ostenta la
representación que usted asume.
Porque de ahí a pensar que usted utiliza su cargo para
atacar a gobiernos que no le gustan, haciendo “ la vista gorda", como
decimos aquí, ante actuaciones censurables de gobiernos que son de su agrado, va un paso. Un
paso nefasto, si usted me permite, porque
en tal caso no nos quedaría más remedido que reconocer que a usted no le
preocupan los DDHH sino utilizar su cargo, fraudulentamente, para hacer “su”
política.
Y, sinceramente, su
política y las ideas que usted tenga, nos parecerán muy respetables, no lo
dude, pero no nos importan lo más mínimo.
Nos importa, eso sí, que haga usted bien y justamente su trabajo
y trate, en una materia tan sensible
como la que usted maneja, a todos los gobiernos por igual.
Lo que, lamento decirle, brilla por su ausencia en sus actuaciones y
pronunciamientos.
Atentamente,
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